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FETICHES Y ...

Como pareja somos muy modernos, avanzados y curiosos. Sin prejuicios ni tabúes. Nos va lo de tener nuevas experiencias, así como revivir aquellas que nos marcaron para bien. Recomponemos las experiencias negativas, convencidos de que se pueden reconstruir y sacarles provecho. En el garaje tenemos (dados de baja en Tráfico) nuestros viejos coches, donde empezamos con el Tema del tacatá, hace ya una pila de años: un Simca 1000 y un Seat Panda. Los vamos turnando pues cada uno de ellos tiene su encanto: que si el freno de mano, que si el cambio de marchas, que si pon la pierna ahí y yo allá, que si baja el asiento, que abre la ventanilla, ... Bajamos al garaje cuando los chicos salen, si están en casa nos cortamos un poco. "En tu coche o en el mío, decimos" y bajamos corriendo, con gran jolgorio, por la escalera. Hemos insonorizado el garage, pues los gritos y gemidos resonaban con eco. Un día vino la pólicía alertada por los vecinos. Esto fue antes de que los invitáramos

¡ABUELO!

El abuelo, dulce y tierno, Murió antes. Mucho antes. No nos conocimos, pero ¡Me han hablado tanto de ti! Te echo de menos sin haberte conocido, porque poco a poco, cuento a cuento, anécdota tras anécdota, formas parte de mí. Te sueño despierto. Dormido, formas parte de mis sueños, Te invento y te recuerdo. Te pongo risa, sonrisa y voz. Te doy forma. Sin tener recuerdos, recuerdo. ¡Te echo tanto de menos! https://www.facebook.com/1384394088243110/posts/4950950631587420/

In MUSEUM (III)

Miraba las caras de los mayores allí plantados, delante del cuadro. Los ojos muy abiertos y exclamando "¡Oh! ¡Es ... ! ¡Oh! " Mientras señalaban y cuchicheaban. Sus dedos apuntaban en el aire hacia detalles pictóricos. Él solo veía rayajos. En casa tenía un cuaderno lleno. Podía colgar alguno y que dijeran: "¡Qué bonito! ¡Es un genio! ". Se lo diría a papá. Le vino un ataque y empezó a carcajear. Su madre le dio un pescozón tras un "¡Comportate!", pero, no podía parar. Se imaginaba como aquel pintor de la película: con gorra, bigote largo de puntas retorcidas y ¡un babi como en el cole! Y no podía parar...

In MUSEUM- I

Me imagino tu desnudez, tu cuerpo, la turgencia de tus senos, tus pensamientos traviesos, tu hastío económico. Mientras, me deleito, me embeleso, observando minuciosamente las formas, la recreación, que el artista esculpió en frío mármol. Te hago cálida y te disfruto. Deseo el deseo, envidio la mirada del afortunado que con cincel te deconstruyó y, construyó a tu semejanza, la pieza que observo. Necesito viajar en el tiempo y estar allí, en ese momento. Tú, vaporosa, envuelta en velos. Yo, celoso, enamorado pendenciero. Me conformaré con imaginarte. Con tu risa fresca rebotando constante en la caja que es mi mente. En mis sueños, permanente. Ensoñado. Cierran el museo. Me echan. Prometo que volveré a verte. Te dedicaré mis(mil) pensamientos, mis(mil) versos de amor, y deseo.

IN MUSEUM - II

Atleta musculoso de mirada fiera. Compites por ganar. Entrenas y entrenas, luchas, te esfuerzas. Sudoroso, cercano a la extenuación. Moldeas los músculos que admiro y que el mármol presenta duros y fríos. Por más que te miro y admiro, la pregunta constante que tras tu belleza exultante repite mi mente: ¿Qué tienes bajo el calzón? ¿Poder? ¿El músculo se quedó tu poder y te lo arrebató, dejándote sin él? En fin, el escultor no se esmeró. ¿El artista lo obvió? Quizá por envidia, quizá lo quiso todo para él, o quizá el artista te alivió, dejando en un nada lo que fue poder.